martes, noviembre 16, 2004

Historia

Un cronopio pequeñito buscaba la llave de la puerta de la calle en la mesa de luz, la mesa de luz en el dormitorio, el dormitorio en la casa, la casa en la calle. Aquí se detenía el cronopio, pues para salir a la calle precisaba la llave de la puerta.

Historia verídica.

A un señor se le caen al suelo los anteojos, que hacen un ruido terrible al chocar con las baldosas. El señor se agacha afligidísimo porque los cristales de anteojos cuestan muy caro, pero descubre con asombro que por milagro no se le han roto.
Ahora este señor se siente profundamente agradecido y comprende que lo ocurrido vale por una advertencia amistosa, de modo que se encamina a una casa de óptica y adquiere enseguida un estuche de cuero almohadillado doble protección, a fin de curarse en salud. Una hora más tarde se le cae el estuche, y al agacharse sin mayor inquietud descubre que los anteojos se le han hecho polvo. A este señor le lleva un rato comprender que los designios de la Providencia son inescrutables y que en realidad el milagro ha ocurrido ahora.

Julio Cortázar.-


Qué lindo día hoy, eh!

2 Comentarios:

Anonymous Anónimo dijo...

KIKITO MALO!!!
ME ABANDONA Y ENCIMA DICE
QUE EL DÍA FUE LINDO SIN MI.
KIKITO MALO KIKITO
COCÓ.-

9:30 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Cocó, me extraña...cómo te voy a abandonar, además el día no tuvo nada de lindo, me extraña también que no hayas captado...

Kiki-

10:41 p. m.  

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