sábado, noviembre 13, 2004

...A veces nos sentimos felices porque creemos haber encontrado a una persona extraordinaria, con la cual establecemos vínculos afectivos. Por ejemplo, imaginemos a un amigo, al que le conferimos las más excelsas de las virtudes. Un día ese amigo nos juega una mala pasada. Entonces nos llenamos de rencor, desengañados, atribuyéndole todo lo contrario de lo que de él pensábamos. Sin embargo ese seudoamigo fue leal a su propia naturaleza. Nosotros lo inventamos, porque necesitábamos creer que esa persona era un ser ejemplar...
Siul Arco.-

1 Comentarios:

Anonymous Anónimo dijo...

Quería dejarles un comentario y de los que leí, que aún no son todos, creo que este es el que más se lo merece, no puede estar tan bueno!! Superaron mis espectativas! Las quieroooo!!!
Ya nos estaremos viendo de nuevo... Naty.-

11:20 p. m.  

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