domingo, noviembre 19, 2006

Arte poética

Que el verso sea como una llave
que abra mil puertas.
Una hoja cae; algo pasa volando.
Cuanto miren los ojos creado sea,
y el alma del oyente quede temblando.

Inventa mundos nuevos y cuida tu palabra;
el adjetivo, cuando no da vida, mata.

Estamos en el ciclo de los nervios.
El músculo cuelga,
como recuerdo en los museos;
más no por eso tenemos menos fuerza:
el vigor verdadero reside en la cabeza.

Por qué cantais la rosa, ¡Oh poetas!
hacedla florecer en el poema;

Sólo para nosotros
viven todas las cosas bajo el sol

El Poeta es un pequeño Dios.



Vicente Huidobro, en "El espejo de agua" (1916)

Perdón por la despaparición repentina...
he vuelto
Merci Kiki pour le livre!!
Je t'aime
Cocó.-

lunes, noviembre 13, 2006

Flora Y Fauna Del Río

Este río sale del cielo y se acomoda para durar,
estira las sábanas hasta el pescuezo y duerme
delante de nosotros que vamos y venimos.
El río de la plata es esto que de día
nos empapa el viento gelatina, y es
la renuncia al levante, porque el mundo
acaba en los farolitos de la costanera.

Más acá no discutas, lée estas cosas
preferentemente en el café, cielito de barajas,
refugiado del afuera, del otro día hábil,
rondado por los sueños, por la baba del río.
Casi no queda nada; sí, el amor vergonzoso
entrando en los buzones para llorar, o andando
solo por las esquinas (pero lo ven igual),
guardando sus objetos dulces, sus fotos y leontinas y
pañuelitos
guardándolos en la región de la vergüenza,
la zona del bolsillo donde una pequeña noche murmura
entre pelusas y monedas.

Para algunos todo es igual, mas yo
no quiero a Racing, no me gusta
la aspirina, resiento
la vuelta de los días, me deshago en esperas,
puteo algunas veces, y me dicen
qué le pasa, amigo,
viento norte, carajo.


* Julio Cortázar.

sábado, noviembre 11, 2006

Instrucciones Para La Obtención Y El Uso De La Llave Del Amor:

Según dicen algunos, hay una llave que permite a su poseedor conseguir el amor de cualquier persona. No está claro si se trata de un objeto de fabricación celestial o infernal. Se sabe, eso sí, que está guardada en algún lugar del Barrio del Dolor, un distrito siniestro del que nadie ha regresado jamás.

La Calle de la Desesperación, un corredor de neblina, atraviesa el barrio. En cada una de sus esquinas espera un vecino monstruoso. Estas horribles criaturas dan noticia de la llave a cualquiera.

Pero cobran muy cara su ayuda. El que consulta ha de pagar con años de su vida.

Cuanto más sabe uno, más cerca está de la muerte...


Alejandro Dolina - Lo Que Me Costó El Amor De Laura.

domingo, noviembre 05, 2006


(...)En la ciudad ya no se sabía demasiado de que lado estaba verdaderamente el miedo; quizás por eso te divertía dominar el tuyo y cada tanto elegir el lugar y la hora propicios para hacer un dibujo.

Nunca habías corrido peligro porque sabías elegir bien, y en el tiempo que transcurría hasta que llegaban los camiones de limpieza se abría para vos algo como un espacio más limpio donde casi cabía la esperanza. Mirando desde lejos tu dibujo podías ver a la gente que le echaba una ojeada al pasar, nadie se detenía por supuesto pero nadie dejaba de mirar el dibujo, a veces una rápida composición abstracta en dos colores, un perfil de pájaro o dos figuras enlazadas. Una sola vez escribiste una frase, con tiza negra: A mí también me duele. No duró dos horas, y esta vez la policía en persona la hizo desaparecer. Después solamente seguiste haciendo dibujos.(...)

Julio Cortázar - Graffiti